diumenge, 2 d’octubre del 2011

Seduciendo a un extraño

Tras duras e inquietantes semanas de espera, la paciencia de los culés se ha visto recompensada con la "fumata blanca" de la primera incorporación para la próxima temporada, la del chileno Alexis Sánchez. Aunque la pura verdad, por si aún no había quedado claro, es que el único problema era el dinero (como en casi todas las situaciones de la vida), puesto que tanto en la mente del jugador como en la de casi todos nosotros no cabía duda de que el traspaso se resolvería tarde o temprano, y que el acuerdo no sería nada más que la confirmación absurda de una obviedad irrevocable.

Sin embargo, después de que se haya cerrado por fin esta (¿fatigosa?) negociación, innumerables dudas y preocupaciones enturbian nuestro pensamiento hasta el punto de rebajar, sólo por una mínima parte, la ilusión por el fichaje. Y es que todos sabemos que, en los últimos años, el precio de adquisición de algunos jugadores ha resultado ser engañoso, cosa que ha quedado reflejada en el rendimiento de los mismos, vistos al principio como "cracks" y luego como auténticos farsantes. ¿A quién no le produce escalofríos pensar en los 25 millones por Chygryinskiy, los 40 más Eto'o por Ibrahimovic, los 17 por Hleb y los 16,5 por Martín Cáceres, entre otros? Un dinero perdido, malgastado y motivo de burlas justificadas que esperemos no se repitan al cierre de la próxima temporada.

Nadie dice que el "Niño Maravilla" no llegue a convertirse algún día en un futuro icono futbolístico mundial, en uno de los mejores jugadores que jamás hayan vestido la camiseta azulgrana o en el mejor jugador de la historia de Chile. Es más, está claro que estamos hablando de alguien que promete, y mucho, pero... ¿Deben pagarse 26 millones más 11,5 variables por una promesa? Unos tienen anclado en su mente un "sí" inamovible; otros, los más escépticos y desconfiados, los que no se creen nada hasta que lo ven con sus propios ojos, los que recuerdan aún las malas experiencias de los últimos años, no lo tienen tan claro.

El club de nuestros amores ha seducido a un chileno del que todos hablan maravillas, una persona a la que tendremos que prestar toda la confianza, ánimo y ayuda que esté en nuestras manos; sólo de esta forma podrá integrarse lo más rápidamente posible a un equipo plagado de estrellas. No obstante, mientras no llegue la hora en que este tímido chico de Tocopilla nos llene de noches de euforia y felicidad, no será más que un extraño ante nuestros ojos. Dejaremos, pues, que el tiempo hable...

Porque, así como los más entendidos dicen que las estrellas atraen a otros astros hacia ellas mismas, en su campo de gravedad particular, también dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.



Un artículo de Carlos Domínguez

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