dissabte, 21 de gener del 2012

El fútbol en los medios de comunicación

Origen y evolución: Los mass media en el mundo del fútbol

El fútbol es, sin lugar a dudas, uno de los deportes con mayor seguimiento gracias a los millones de aficionados que posee a lo largo y ancho del planeta. Los medios de comunicación y la mercadotecnia, por su parte, han jugado desde siempre un papel fundamental en la consolidación del seguimiento de este deporte. Eventos como los Mundiales de Fútbol han dejado de ser fenómenos estrictamente deportivos para convertirse también en mediáticos, puesto que millones de personas logran informarse de dichos sucesos a través del periódico, la radio, la televisión, Internet y los teléfonos móviles. Pero… ¿La historia fue siempre así?

Basándonos en una infografía realizada por “What’s the Big Deal?”, puede observarse la evolución de los medios de comunicación a través de los diferentes Mundiales de Fútbol. En el primero de ellos, disputado en Uruguay allá por el año 1930, sólo pudieron utilizarse los medios gráficos para transmitir los partidos, un hecho que cambió ligeramente en 1934 durante el Mundial de Italia, en el que algunos partidos pudieron retransmitirse a través de la radio por primera vez.

No fue hasta 1954, sin embargo, cuando los aficionados pudieron ver algunos partidos del Mundial de Suiza por la televisión; aunque nunca en directo, ya que la tecnología vía satélite no pudo desarrollarse hasta la década de los 60. No obstante, estas nuevas tecnologías se fueron desarrollando a pasos agigantados, permitiendo, en 1970, ver la final del Mundial de México en color, y agilizando la aparición de Internet durante el Mundial de EEUU en 1994, que constituyó un gran avance en la mediatización del fútbol. Una evolución en constante cambio.

Influencia de los medios futbolísticos en la sociedad

Si bien es cierto que los mass media han sabido aprovechar a la perfección las oportunidades económicas que les ofrece este deporte, la enorme presencia del fútbol en los medios y en las redes sociales ha incrementado también su cantidad de seguidores alrededor del mundo. Estos seguidores se identifican con algún equipo dentro de las ligas internas de cada país; un fanatismo creciente que se ve reflejado en la identidad, personalidad e ideales de las personas, incluyendo la adopción de colores y símbolos del equipo que se sigue. Y es que hace tiempo que el fútbol dejó de ser un simple deporte para transformarse no sólo en un amplio negocio, sino también en una maniobra del individuo que se siente ligado emocionalmente con un equipo o sus jugadores. Los medios tan sólo se han encargado de acrecentar esa relación emocional de los aficionados con sus respectivos equipos, un hecho que ha desencadenado cantidad de disputas entre aficiones rivales.

Centrándonos en la influencia de los medios futbolísticos en la sociedad, es necesario hablar de la mayor presencia de los llamados “equipos grandes” en el flujo de información diario, puesto que acaparan gran parte del tiempo en los informativos deportivos y hacen que el resto de equipos -los de segundo plano- no se vean tan bien representados en los medios. Esta desigualdad informativa es, además, un factor que condiciona a los futuros aficionados. Un ejemplo sería el de un hombre que llega a un país nuevo y enciende el televisor en busca de información deportiva. Este hombre, sin sentirse conectado sentimentalmente, tendrá más probabilidades de ser aficionado de un equipo de masas que no de otro menos conocido. Si ese hombre además tiene hijos, éstos ya tendrán dos factores que les condicionarán: las diferencias en el flujo de información y la influencia de su padre.

En el libro “Jazz en el despacho de Hitler”, el periodista Plàcid García-Planas escribe sobre unos chicos bomba que deciden inmolarse vestidos con la camiseta del Real Madrid, mientras que otros lo hacen con la del FC Barcelona. Probablemente, esos chicos no se sentían identificados emocionalmente con ninguno de los dos conjuntos, pero lo cierto es que lo más seguro es que habían oído hablar más veces de Messi o Cristiano Ronaldo que del presidente de su propio país. Son sólo ejemplos de hasta qué punto los medios han influenciado con el fútbol a la sociedad de todo el planeta, y la justificación de que lemas como “Més que un club” reflejen la realidad actual mejor que nunca.

La discriminación de los mass media en el fútbol

Año tras año, los seguidores de los clubes modestos tienen que indagar qué día juega y a través de qué cadena de televisión su equipo favorito. Es el resultado de los derechos deportivos que controlan los distintos grupos televisivos -como Mediapro y Sogecable-, siempre interesados en ganar el máximo dinero posible negociando antes con equipos de renombre y tratando al resto de forma distinta.

Un claro ejemplo de las desigualdades económicas que padecen los clubes lo podemos encontrar en la Liga Española, donde el reparto del dinero televisivo se lleva a cabo en un acuerdo de dos mitades: la del Real Madrid y el FC Barcelona por un lado y la del resto por el otro, en un contrato que permanece vigente hasta 2014. En medio de esta desigualdad económica, los clubes modestos mantienen que sin ellos no hay Liga; FC Barcelona y Real Madrid, por su parte, utilizan su ventaja en la lucha desigual para amenazar silenciosamente a los equipos menores de que si no se mantiene el reparto establecido, acabarán por promocionar una “Liga Europea” que los excluya de la televisión.


Un estudio del año pasado de la consultora Sport+Markt destacaba que FC Barcelona y Real Madrid ganaron casi 19 veces más de la televisión que el resto de clubes de la primera división, una diferencia que no es tan amplia en las principales ligas europeas. Durante el inicio de la campaña de Liga BBVA 2011-2012, el presidente del Sevilla CF, José María Del Nido, ha sido el líder de la rebelión, asegurando que, con esa forma de repartir el dinero, sólo ganarán el título Madrid o Barcelona en los próximos 10 años.

Gráfica extraída de www.vertele.com, en la que se aprecian los ingresos de la televisión durante la temporada 2009-10 en la liga española.

La pérdida del respeto en el fútbol

En términos generales, los medios de comunicación deportivos que tienen una fuerte demanda localizada principalmente en una región en concreto, o bien aquellos cuyos consumidores forman parte mayoritariamente de una misma afición, suelen perder su objetividad y acabar representando los intereses de los consumidores del propio medio.

En los medios gráficos, por ejemplo, los diarios Sport y Mundo Deportivo defienden habitualmente los intereses del FC Barcelona, mientras que otros como el diario AS o Marca se dedican a hablar más y mejor del Real Madrid. Lo mismo sucede con algunas cadenas de televisión, aunque a éstas cabe añadirles también el factor territorial; TV3 acostumbra a defender los intereses del FC Barcelona, mientras que Telemadrid y otras cadenas de la capital centran el flujo de su información hacia el Real Madrid.

En cierto modo, estas diferencias basadas en la audiencia como principal meta no son más que la representación misma de la sociedad -en este caso, la española-, dividida entre los dos equipos más importantes. No obstante, a pesar de la subjetividad de los medios, han existido siempre unas barreras invisibles de respeto que alguna vez se han tensado, pero que nunca han llegado a romperse; una especie de pacto en que unos pueden meterse con otros, pero sin llegar a sobrepasar un límite de antemano establecido por la sociedad y sus valores.

Sin embargo, ejemplos como los “clásicos” españoles de los últimos años entre Barça y Madrid han tensado demasiado la cuerda, incrementando la radicalización de los medios por defender sus intereses, crispando el ambiente con un tono agresivo de la información y sobrepasando, por lo tanto, los límites del respeto. Esta particular “guerra de medios” ha propiciado un efecto multiplicador de las pequeñas disputas, transformándolas en grandes polémicas a nivel social. Si por algo se había distinguido el diario Marca a lo largo de su historia, era por ser un periódico de tendencia madridista, pero sin posicionarse radicalmente. La portada del Marca del 20 de Mayo de 1992, en que el Barça ganó la Champions League de Wembley, decía: “Barça, tráetela”. La del día siguiente: “Bien Barça, bien!!!”.


El fútbol, fue, es, y será, un deporte donde existen los errores arbitrales, donde siempre habrá competencia entre equipos y donde las diferencias sanas entre aficiones son hasta saludables. Lo que sobrepase estos límites ya no es ético ni beneficioso para nadie. Si volvemos a centrarnos en el fútbol español, cabe añadir que la rivalidad Madrid-Barcelona siempre ha estado presente. Pero la dimensión social y económica que ha alcanzado, gracias en gran parte a los medios y a la difusión mundial de los “clásicos”, lo ha disparado todo excesivamente.

Conclusiones

Tras exponer el tema del fútbol en los medios de comunicación, y cómo estos influyen en la sociedad, puede concluirse que:

- La evolución de los medios ha multiplicado la difusión de contenidos futbolísticos alrededor del planeta, aumentando la influencia y repercusión de este deporte en la sociedad de hoy en día.


- La mediatización del fútbol rebaja también, aunque indirectamente, la importancia de otras noticias de mayor repercusión a nivel general.


- Los ingresos de televisión que perciben los grandes equipos les ayudan, en cierto modo, a fichar a los mejores jugadores, lo que a su vez llena sus campos y facilita participar en las competiciones europeas. Se trata de un círculo de ingresos que permite mantener el poderío frente a los modestos, en una cadena de desigualdades casi irrompible.


- Las audiencias multimillonarias en todos los canales que disponen de los derechos de emisión reflejan que el fútbol está viviendo la edad de oro de la popularidad. Esto, por supuesto, obliga a todos a ser más responsables y cuidadosos que nunca.

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